Palacio de Bardo


Incluso si mueres, incluso si renaces... Nunca serás capaz de dejarme. Incapaz de aceptar al emperador, que está envuelto en la obsesión y la locura, me suicidé. Pero cien años pasaron... y he renacido, como si fuera el destino, como si el destino estuviera jugándome una mala pasada. ¡¡Y con mis memorias pasadas intactas!! Yo juré nunca volver a verlo, pero esperaba que al menos él no hubiera olvidado todos sus recuerdos... Incluso muerto, no pude escapar de él... Y me enfrento a la reencarnación del emperador una vez.

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